lunes, 23 de noviembre de 2015

ARREGLAR EL MUNDO (Texto)

ARREGLAR EL MUNDO

Un cientifico que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba dispuesto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba los días en el laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto dia, su hijo de seis años invadió su santuario, decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que se fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera entretenerlo. De repente se encontró con una revista, donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba, con unas tijeras, recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se la entregó a su hijo diciendo:

- Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto, para que lo repares sin la ayuda de nadie.

Entonces calculo que al pequeño le llevaría diez días componer el mapa, pero no fue así. Pasada algunas horas escuchó la voz del niño que lo llamaba:

- Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.

Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que a su edad, hubiera podido componer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levanto la vista de las anotaciones, con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño.
Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Como era posible? ¿Como el niño había sido capaz?

- Hijito tu no sabías como era el mundo, ¿como lo lograste?

- Papá yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura del hombre. Así, que comencé a recomponer al hombre, que si sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di la vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo.


Texto: Gabriel García Márquez


miércoles, 18 de noviembre de 2015

martes, 17 de noviembre de 2015

LUCES (Texto)

LUCES

Luces que salieron de agujeros oscuros
buscando futuro,
luces que viajan en serpientes de metal
camino a la región de los sueños,
donde dicen que es buen lugar
para descansar, para iluminar.

La región de los sueños, 
donde habitan los ciegos,
no los de la vista, esos no,
los que no quieren mirar.
Aquellos que siguen pensando
que la vida es verso sin maldad.

La luz avanza,
traspasando barreras, alambradas,
como un ejercito de suspiros,
donde la pena y la esperanza,
desatan el contraste más agridulce 
de la vergüenza  desolada.

Hoy quiero estar despierto
para derrumbar alambradas.
Hoy salgo al encuentro de las luces,
pero no las desconocidas del cielo, 
más bien, las que en tierra y barro
andan derramadas.

Hoy, a lomos de este verso desolado,
quiero salir a tumbar alambradas,
no, no las del camino...
las de tu mirada.


(Texto: Luis Marchán)